lunes, 2 de julio de 2007

Algo que necesitaba subir...

Gentes! como va?? yo acá subo de nuevo, luego de mucho tiempo. El viernes asistí a la presentación de Libertad, el nuevo disco de Velvet Revolver en The Roxy junto a gente de UziSuicide! Muuuuy copado! La pasé bomba.
El sábado aprobé Dibujo, y me vi con my baby blue!!! Como te amo cositaaaaaaa!!! La pasé muy lindo =)

Pero empezó Julio, y Julio, a pesar de ser el cumple de mi hmna, es un mes de mierda. Subo algo que sucedió hace un año, el 24. Dirán "uy, q hincharepelotas" pero creo que esto que escribí en Febrero, fué el cierre de algo que tenía se cicatrizar. Asique, comparto con ustedes esto. Todavía no había conocido a Lau (bah, sólo x flog jajaja) asiq no piensen tampoco que es algo q todavía sigo... con rencor, o algún derivado/sinónimo de esto. Es sólo eso, un cierre de algo que ya pasó, y que guste o no, me ayudó a crecer más...

Salu2!

>Jú

PD: Thanks Slash For The Killer Guitar Melodies

The End

Llegas al lugar donde sos feliz. Poco antes de entrar miras al cielo, a aquél lugar donde hay alguien que siempre te da fuerzas, pensando y diciendo que lo que cometes es un suicidio, dado que la persona a la cual vas a ver no está enterada de tu visita. Pero pensas en que es algo bonito, una linda sorpresa. Tocas timbre, y esperas a que te abran.
Te bajan a abrir. Das un abrazo fuerte y un beso. Extrañabas mucho a esa persona, hacía días que no la veías. Ibas a regalarle un ramo de flores, pero preferiste regalarle algo tuyo, propio. Te decidiste por darle amor, que estaba deseoso de salir de adentro tuyo, contenido como una bestia. Pero te percatas de que algo anda mal, ese abrazo no es igual que los otros. No es reparador, no te llena de energía. Es uno obligado, porque sí. Sin explicación alguna, muy vacío, frío, violento.
Entras al lugar. Todo de colores vivos, ricos olores, acogedor y cálido. Saludas a la gente que está ahí. Estás contento de volver a verlos, hace días que no los ves. Tuviste un problema hace un par de semanas, pero les perdonaste que se olvidaran. Seguís a la persona que perdonaste hasta su habitación, sin saber lo que pasaba, sin percatar ese momento.
Cierra la puerta, y vos te quitas la mochila con tus cosas. Ella te abraza, y rompe en llanto. Dice algo, no entendés, estás abobado, shockeado. Sentís dentro tuyo como cae todo, se derrumba. Mil imágenes aparecen. Te sacas tu sacón y polera, y la abrazas fuerte. Tratás de robarle un beso, pero te lo niega, dice que no lo hagas difícil. La soltas. Miras la pared fijo, suena a lo lejos un tema el cual nunca pensaste que iba a tener tanto significado, una voz a lo lejos y una guitarra llorando de tristeza, compartiendo lo que siente esa persona dentro tuyo. Te sentas en la cama, tapándote el rostro. Te dice que te tranquilices, y vos no podes. Sentís convulsiones dentro, mataron a alguien, tenés que gritarlo pero te rescatas, lo dejas para después. Tratas de razonar, pero mil imágenes, sensaciones, canciones, recuerdos se están pasando de una realidad a parte de tu historia. Querés evitarlo, pero no podes. Sólo tenés que aguantar, y evitar mirar al culpable. Temblas, y el temblor hace que quiebres...
Te sentís solo, abandonado, en mil pedazos. Sentiste el polvo, mordiste la tierra, viviste la derrota. Te piden disculpas, te ofrecen la amistad, todo como si fuese color de rosa, como si estuviese todo bien. Pero, vos realmente, ¿estás bien? Dentro tuyo llora un ser al cual le cortaron su vida, le arrancaron las alas, le destruyeron y quemaron su mundo sin remordimientos, sin amor. Todo negro, todo frío. Se apagó el color, se murió el calor. ¿Amistad? No lo creo, se me hace difícil matar un sentimiento tan fuerte como el amor y crear uno nuevo como la amistad. La amistad se construye con experiencias, gustos, vivencias, diferencias, peleas, salidas, opiniones, trabajos, vida diaria, llamados, el estar ahí cuando se necesita, dar apoyo, recibir apoyo, disculpas, afectos, cariño, consejos. No se puede construir a partir de los restos de una relación anterior, es ilógico. Esos restos tienen errores no reparados, diferencias no perdonadas, heridas que no sanaron. ¿Y ofreces amistad? Realmente es estúpido. La amistad es algo totalmente diferente. No tuviste amigos por largos años, te borraste en el momento más jodido, y ¿pedís una amistad? ¿Para qué? Si no la sabes valorar nada, no valoras a la gente que realmente se preocupó por vos, que te dió cosas cuando las pediste, termina una etapa de tu vida y mandas todo al carajo, salvo que tenga los mismos intereses que vos, o que juegue el mismo juego que vos…
Salís de ahí un momento, vas a enjuagarte el rostro, queriendo sacarte el corazón y lavarlo, limpiarlo. Pero no se puede, así es tu naturaleza. Luego, saludas por última vez a la persona la cuál valoraste mucho. Le agradeces por el ser que ha creado, por lo bueno que fué, las cosas que te dio, las cosas que ellos te dieron. Te dicen lo mismo, que sos bienvenido como amigo. Gracias, pero se me va a hacer difícil ser amigo de alguien que me dejó. La amistad nunca se pierde, en tal caso nunca existió. Los amigos no te abandonan, sino que te dan fuerza para seguir adelante. Das un abrazo fuerte, de esos que sólo salen en los peores momentos, en los cuales necesitas de uno, y querés también dar uno. Tratas de no pensar en un final, pero lo estas viviendo…
Volvés a donde fue el comienzo del fin. Donde eras feliz, donde entrabas a tu mundo. Te cuesta girar la perilla, no querés. Pero tenés que hacerlo. No hay escapatoria. Giras la perilla, y cada milímetro girado hace llorar, hace gritar a la persona que tenés dentro. No querés, pero ya está hecho. Ves por última vez aquél lugar, donde era tan cálido, grande, precioso. Ahora es pequeño, frío, feo. Capaz es porque tu mundo está destruido. Te dicen de cosas que para vos no tienen sentido, que son absurdas. Una pérdida de tiempo. Excusas imbéciles, sin sentido, que carecen de significado ahora. Preguntas cuantas veces sufrieron por vos, te dan un par. Te preguntan a vos, contestas que miles de pares. Luego, algunos chistes, algunas bromas. Pero ya está, ¿qué más querés hacer? ¿Darte el lujo de no dejar crecer nada dentro mío? ESTÁ MUERTO TODO. Acabado, destruido, vacío, apagado, negro, frío. Suena una campanada…
Llaman por mi nombre y me despido del lugar. Durante mucho tiempo fue mi 2° hogar. Ahora, es un lugar que me da miedo, que me asusta. No quiero volver a vivir esa experiencia amarga. Me pongo mi polera negra, mi sacón negro y mi mochila. Me acompaña mi verdugo. Me siento como un convicto que va a cumplir su sentencia a muerte, aunque ya esté cumplida. Registro pocos colores, pocos olores, poca luz, poco calor. Me saludan a lo lejos, devuelvo el saludo y adentro mío se suma un hasta siempre. Bajo por la jaula de metal. Respiro profundo. Últimos segundos, me abren la puerta. Me da una última muestra de cariño, la cual prefiero evitar, pero no puedo.
Salgo del lugar, de mi condena. Entro al vehículo, leo los mensajes. Mis amigos dándome fuerzas. Llamó a la persona más confiable del mundo. Le comento lo que pasó. Me ofrecen de hablar, digo que sí. Necesito de su experiencia, él se percataba de esto. Me conoce bien, hace 19 años lo hace. Llegó a mi hogar, pero al rato salgo con mis amigos, para tomar aire.
Finalmente, retorno y llega la noche. Tendido en mi cama, mi mente decide recordar viejos momentos de felicidad. Y ahí es cuando, sonando una guitarra triste y herida de fondo, diciéndote que no llores, el ángel que está dentro mío, que cuidó tanto tiempo de alguien, que aguantó lluvias, neblinas, tormentas, vientos en contra, la ira, el odio, los celos, el amor, las buenas épocas, tristezas, que ayudó, que se jugó por todo, quiebra sus alas, saca el grito que me guardé antes, y comienza a llorar...